La vida está llena de etapas, momentos y decisiones… mientras algunos escriben blogs acerca de la feniletilamina, otros se emocionan por los zampopos de mayo… En cambio yo, estando en una situación un poco extraña de mi vida he decidió incluir este artículo de la página kidshealth.org acerca del amor:
A veces parece imposible encontrar a una persona adecuada para ti y que a la vez piense que tú eres una persona adecuada para ella (esto es muy cierto). De modo que cuando ocurre, sueles sentir tanta emoción que ni siquiera te importa que tu hermano pequeño se coma todo el helado que quedaba o que tu profesor elija precisamente el día que no has estudiado para hacer un examen sorpresa.
En las primeras etapas de una relación es totalmente normal ver el mundo a través de unas gafas con cristales de color rosa. Pero para algunas personas, esas gafas de color rosa se convierten en orejeras que les impiden ver que la relación no es tan sana como debería ser.
¿Qué hace que una relación sea sana?
Es de esperar que tú y tu pareja se traten bien mutuamente. Aléjate un poco de esa sensación vertiginosa de estar flotando en un globo y reflexiona si tu relación cumple estas siete características:
· Respeto mutuo. La cuestión es si tu pareja está contigo por quien tú eres: por tu del humor, porque te encantan ciertos programas de televisión, etc. ¿Te escucha cuando le dices que no te sientes bien haciendo algo y no te insiste más? En una relación, el respeto significa que cada persona valora quién es el otro y entiende —y nunca fuerza— los límites de la otra persona.
· Confianza. No hay ningún problema en sentirse un poco celoso a veces; los celos son una emoción natural. Pero lo que importa es cómo reacciona una persona cuando se siente celosa. No es posible tener una relación sana si no confías en el otro.
· Honestidad. La honestidad va de la mano de la confianza, porque es difícil confiar en alguien que no actúa con honestidad. ¿Alguna vez has atrapado a tu pareja en alguna mentira importante? La próxima vez que te diga algo relacionado, te costará creerle y la confianza ya no tendrá una base fuerte sobre la que apoyarse.
· Apoyo. Tu pareja debería apoyarte no sólo en los malos momentos. Algunas personas son estupendas cuando todo tu mundo se está cayendo a pedazos, pero no son capaces de quedarse cuando las cosas van bien, o viceversa.
· Justicia, igualdad. También es importante que en tu relación haya un equilibrio entre dar y recibir. ¿Salen juntos con los amigos de tu pareja tan a menudo como con los tuyos? No se trata de llevar las cuentas y de asegurarse de que todo sea exactamente igual. Pero tú sabrás si la relación es equitativa. Las cosas se ponen mal rápidamente cuando una relación se convierte en una lucha de poder.
· Identidades separadas. En una relación sana, es importante que cada uno renuncie a algo. Pero esto no significa que deberías sentirte como si estuvieras dejando de ser quien eres. Cuando empezaron a salir, cada uno tenía su propia vida (familias, amigos, intereses, hobbies, etc.) y esto no debería cambiar. Ninguno de los dos debería hacer ver que le gusta algo que en realidad le desagrada, ni dejar de ver a sus amigos o abandonar las actividades que le encantan. Y también deberían sentirse libres para desarrollar nuevos talentos o intereses, hacer nuevos amigos y seguir evolucionando.
· Buena comunicación. Todos sabemos cuántos significados diferentes puede tener la frase "No, no pasa nada", dependiendo de quién la diga. Pero lo que es importante es preguntar si tienes dudas respecto a lo que quiere decir tu pareja, y hablar sinceramente y abiertamente para evitar malentendidos. Nunca escondas tus sentimientos por miedo a parecer estúpido o que no guste lo que puedas decir o por temor. Y tomate tu tiempo si lo necesitas para pensar en algo antes de hablar, una persona que actúa de manera correcta te permitirá que te tomes ese espacio para reflexionar si tú se lo pides.
Señales de advertencia
Cuando un novio o una novia utiliza insultos verbales, un lenguaje desagradable, crítica despreciativa, pega o abofetea al otro o lo fuerza a practicar sexo, es una señal de advertencia de que hay maltrato verbal, emocional o físico.
Pregúntate, mi novio o novia:
¿se enfada cuando no abandono todo por él o por ella?
¿critica la manera en que me visto o mi aspecto, y dice que no encontraré a nadie más que quiera salir conmigo?
¿pretende que no vea a mis amigos o que no hable con otros chicos o chicas?
¿quiere que deje una actividad, aunque sea algo que me encanta hacer?
¿me levanta alguna vez la mano cuando se enfada, como si fuera a pegarme?
¿trata de forzarme en el sexo a ir más allá de donde yo quiero?
Estas no son las únicas preguntas que puedes hacerte. Si de alguna manera tu novio o novia intenta controlarte, hacer que te sientas mal por como eres, aislarte del resto del mundo o —y esto es grave— abusa de ti física o sexualmente, es el momento de salir de esta relación, ¡rápido! Cuenta a un amigo o alguien de tu familia lo que está pasando y asegúrate de no correr ningún riesgo. Podría ser tentador poner excusas o interpretar mal la violencia, la posesividad o la ira como una expresión de amor. Pero incluso cuando sepas que la persona que te está haciendo daño te quiere, hacer esto no es sano.